¿Privacidad si o no?

Las gafas de Google –con conexión a internet, memoria, realidad aumentada y que permiten hacer fotos y grabaciones–, ya han desatado la polémica, incluso antes de ponerse a la venta. Hoy se ha conocido que los dueños de un bar en Seattle han decidido prohibir su uso dentro de su local con el argumento de que temen una posible violación del derecho a la intimidad de sus clientes. Y, ahora, la sospecha es que la medida pueda extenderse a otros establecimientos, como cines, teatros o museos.

En este caso, no tanto por una posible vulneración de la privacidad de las personas que pasen por estos locales, sino por temor a que quien porte unas Google Glass (u otras gafas similares) puedan grabar con ellas contenidos con derechos de autor.

“Si el smartphone nos puso a todos una cámara en el bolsillo, Glass va a hacer que, además, la llevemos preparada y funcionando”, apunta en su blog el profesor de tecnologías de la información del IE Business Shool, Enrique Dans. En su opinión, pasaremos de simplemente llevar una cámara, “a llevarla perfectamente lista para ser disparada”. Este experto en TI recuerda que una de las primeras circunstancias que se vivieron con la popularización de los móviles con cámaras fue la prohibición de su uso en determinados entornos, desde vestuarios hasta empresas. “Con Glass, tomar una foto o una grabación será todavía más trivial, pues bastará musitar unas palabras para que la grabación se ponga en marcha. Y una palabra más, y estará en un correo electrónico o en tu cuenta de Youtube”.

Aunque aún se desconoce cuándo se lanzarán las gafas y cuáles serán sus especificaciones definitivas (las últimas informaciones apuntan que será para finales de año), múltiples aplicaciones de las Google Glass han despertado recelo entre la gente. Entre otras aplicaciones, las Google Glass almacenarán datos acerca de la actividad del usuario para invertirlos en una mejora de la búsqueda web. Estos datos se unirán a aquellos de los que ya dispone la compañía, obtenidos con el seguimiento de las búsquedas realizadas a través de su buscador, informó Europa Press.

Parece claro que cualquier nuevo dispositivo que se lance, y que pueda llegar a alcanzar una adopción masiva, requerirá de una adaptación social que lleva tiempo, según advierte Dans. Pero parece evidente también que las gafas de Google dejan todavía muchas incógnitas en el aire. Por ejemplo, qué ocurrirá si terminan lanzando Google Glass graduadas; ¿las personas que las lleven tampoco podrán acceder con ellas a los locales?. ¿Se exigirá a Google que las gafas lleven un led rojo como alerta para cuando estén grabando?

La Agencia Española de Protección de Datos ha asegurado a CincoDías que no se puede pronunciar sobre el funcionamiento de un dispositivo que aún no ha salido a la calle y sobre el que se desconocen sus condiciones de uso. “Pero, de ser ciertas las informaciones difundidas”, añadió, “es indudable que este proyecto va a tener importantes implicaciones desde el punto de vista de la privacidad”. Además, apuntó que, en cualquier caso y en el ejercicio de sus funciones, hará el seguimiento y las comprobaciones necesarias para verificar el cumplimiento de la normativa española de protección de datos y garantizar los derechos de los ciudadanos.

Fuente periódico Cinco Días http://goo.gl/FhYt1

Publicado el 21 marzo, 2013 en Novedades tecnológicas y etiquetado en , , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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